En la Palabra de Dios se usa el adjetivo diestra o derecha para referirse metafóricamente a poder y autoridad. El apóstol Juan registra que en su oración sacerdotal, Jesús dijo: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.” (Juan 17:5 RVR 1960). Cuando se dice de Jesucristo que está “sentado a la diestra de Dios” se refiere a que ocupa un lugar de exaltación y preeminencia, donde tiene la facultad para ejecutar todo poder y autoridad. Él mismo refirió esto a sus discípulos, luego de su resurrección, cuando les dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra…” (Mateo 28:18 RVR 1960). Los siguientes textos de Las Escrituras corroboran el lugar de suprema autoridad que ocupa Jesucristo:
1. “…Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.” (Mateo 17:5 RVR 1960)
2. “Desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios.” (Lucas 22:69 RVR 1960)
3. “Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.” (Marcos 16:19 RVR 1960)
4. “…veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios.” (Hechos 7:56 RVR 1960)
5. “…según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales.” (Efesios 1:19, 20 RVR 1960)
6. “…buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.” (Colosenses 3:1 RVR 1960)
7. “…Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.” (Hebreos 1:3 RVR 1960).
8. “…tenemos tal sumo sacerdote, el cual se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.” (Hebreos 8:1 RVR 1960)
9. “…quien está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo después de que le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades.” (1 Pedro 3:22 RVR 1960)
La diestra de Dios es el lugar desde donde Jesucristo ejerce su dominio, poder y autoridad, y donde intercede por nosotros. Es desde esa posición que Él gobierna sobre La Iglesia y desde donde llama a sus ministros para el servicio en el liderazgo. Como consecuencia, liderar a estribor es estar a los pies de Jesucristo, es adoptar su modelo, conformarse al estándar de Dios y seguir su ejemplo. Es dejarse guiar por él y servir bajo la autoridad que representa el que está a la diestra de la Majestad. Un líder que se ha posicionado a estribor cumple su llamado siendo fiel a la Palabra de Dios, que es el manual de navegación revelado por la Cabeza.
Las primeras embarcaciones utilizadas por los fenicios eran guiadas por dos grandes remos colocados uno a cada lado del timón, que estaba ubicado al centro de la parte trasera de la nave, conocida como Popa. Sin embargo, el gran número de bogantes que se necesitaban para mover tales naves dejaba un espacio muy reducido para el transporte de la carga. Más tarde, los destacados navegantes vikingos incorporaron a sus naves un único remo y, para que el timonel pudiera maniobrar con más facilidad, se fijó un timón horizontal al mástil que sostenía la vela mayor. Por razones todavía desconocidas, dicho remo se situó al lado derecho del timón, de frente a la parte delantera de la nave, conocida con Proa. “Al costado derecho del barco, los ingleses lo denominaron el lado de la dirección (“steorborde” en el inglés antiguo), término que dio lugar a la palabra “starboard”, de la que proviene nuestra palabra "estribor”.
En la nomenclatura de la navegación aérea y marítima son muy conocidos los términos Babor para referirse al costado izquierdo de una nave y Estribor para referirse al costado derecho de la misma, siempre mirando desde la Popa hacia la Proa. Convencionalmente, estos costados son identificados por placas y luces de color rojo y verde respectivamente. Desde principios del siglo diecinueve, los buques han venido utilizando un sistema de colores para señalar la prioridad de paso (éste se usa también en las alas de los aviones). Una luz roja está colocada a babor y una luz verde a estribor. De este modo, cuando dos naves se acercan perpendicularmente la una a la otra, en curso de colisión, si un capitán o piloto ve una luz roja frente a su nave, él sabe que la otra nave tiene la prioridad para el paso y debe desviar su curso para evitar la colisión. Si por el contrario ve una luz verde, puede continuar su curso sin problemas, pues el capitán o piloto de la otra nave desviará su curso para evitar la colisión.
El apóstol Judas nos confirma que es a la diestra de Dios donde Jesucristo tiene toda gloria y majestad, y donde él ejerce todo su dominio y autoridad. También hace la precisión que así fue antes de todos los tiempos, así es ahora, y así seguirá siendo por todos los siglos (Judas 1:25). Todos los que hemos sido llamados por el Señor al liderazgo tenemos una carrera por delante que debemos terminar bien, para lo cual es necesario correr legítimamente y con paciencia. Cuando hayamos acabado la carrera, habiendo guardado la fe, recibiremos la corona incorruptible de gloria (1 Pedro 5:4) y la corona de justicia (2 Tesalonicenses 4:8), las cuales nos dará el Juez justo para que, cuando nos presentemos delante de Él, tengamos algo perdurable que rendir a los pies del que está sentado a la diestra de Dios (Apocalipsis 4:10).