Emprendiendo el vuelo

¿Conquistamos el mundo?

CÁPSULA DEL TIEMPO

“Dedico esta primer página a una dama del futuro, una dama que posiblemente en estos momentos necesita de su papi, que soy yo. Haciendo de estas líneas una cápsula del tiempo destinada para alguien que un día ya no me tendrá.

Sé que se verá egoísta por robarte unas carillas de lo que en realidad estás esperando leer, pero por favor, ve el lado positivo de todo esto; Podrías cambiar el nombre y plasmar el nombre de tu amor del futuro.”

Sé bien que me leerás algún día mi pequeña, ojalá pudiera verte así como tú lo haces con mis fotos, pero en donde hoy estoy, probablemente no tengo tiempo para pensar en ti; pues estoy tan feliz de lo que Dios me ha dado, que tengo la certeza y la tranquilidad que también te lo dará a ti. Sé que es difícil, lo que vives también me tocó vivir. Sé que la vida parece estar hecha por paredes invisibles de tentaciones en las cuales parece que estamos encerrados. Sé que toda decisión parece estar respaldada por un problema; y sé también que todo lo bueno de la vida, parece no estar hecho para nosotros, que todo es lágrimas y que la risa es tan sólo un consuelo de todos los llantos que no queremos dejar fluir. Sé mucho respecto a lo que vives, pero ¿sabes qué? También sé con seguridad de qué estás hecha, sé de dónde vienes y hacia dónde vas; eres mi hogar, parte fundamental de mi casa, y ¡créeme, que mi casa y yo, serviremos a JEHOVÁ!

Escúchame y deja de llorar, porque tú no fuiste un accidente, no fuiste una casualidad, no fuiste parte de mis planes ni mucho menos algo obvio que tenía que pasar. Tú, hija mía, Paulina Kristel Pérez Asencio, eres el fruto de un plan divino creado hace más de dos mil años para que con tu gran talento cambies esta inmensa generación.

Paulina, por favor, trata de verme a los ojos, porque estas letras son mi alma. No eres cualquier cosa, eres la protagonista del extraordinario plan de Dios. Así que levántate en el poderoso nombre de Jesús y no dejes que un absurdo obstáculo te impida ganar la carrera.

Dios te Bendiga mi bebé, eres el mejor regalo que pude haber recibido del cielo, guerrera de Cristo. Jamás lo olvides, eres David, eres Pedro, eres Pablo, eres Daniel, Noé, Job, Moisés. Eres todo y puedes llegar a ser mucho más si tan sólo confías en aquél que te trajo hasta aquí: JESÚS.