Mi deseo es que al leer este libro devocional puedas entender que sí hay esperanza y solución a tu situación. Dios es más grande que cualquier gigante que se presente en tu camino.
Cada pensamiento escrito aquí proviene de experiencias vividas y por eso puedo testificar que en medio del dolor. Él está ahí y en medio de tu soledad, Él sigue a tu lado. Una palabra a la que siempre me he aferrado es aquella que Jesús dijo, ¨En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo. ¡Qué palabra tan poderosa! Jesús mismo nos dice que vamos a tener problemas y que vamos a enfrentar obstáculos, pero la solución está en sólo confiar en Él. ¿Por qué? Porque Él ha vencido al mundo y si Jesús vive en nosotros, eso quiere decir que nosotros también venceremos al mundo. ¡Qué esperanza más grata nos da el Señor en su palabra!
Mi oración es que Dios pueda darte las fuerzas para seguir luchando, que puedas perseverar en la fe y que mantengas tu confianza en el único que puede darte esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Quizás estés atravesando por una situación que no entiendes y tienes muchas preguntas. Dale Un Momento de Silencio y verás como Dios te hablará y aclarará cualquier duda que tengas. Sigue creyendo y confiando en las promesas que Él te ha hecho porque de algo estoy segura y es que Él es fiel y verdadero y su Palabra no torna atrás vacía. Si Dios te dio una palabra, aférrate a ella porque tus ojos verán esa promesa cumplirse en tu vida. Encomienda tu camino a Jehová y permite que Él cumpla el propósito que Él ha diseñado para tu vida.
Quisiera abrir estas páginas hablando del tema de este libro. Un Momento de Silencio fue el tema que el Señor me dio para este proyecto con el propósito de brindarle una esperanza de Fe a todas aquellas personas que están esperando una palabra de parte de Dios. La Biblia dice, Estad quietos y conoced que Yo soy Dios¨, Salmo 46:10.
Si en realidad queremos escuchar la voz de Dios, tenemos que ir a un lugar de quietud y prestar atención. Todos debemos de tener un lugar secreto, un espacio especial y específico donde podamos ir ante su presencia. No estoy hablando simplemente de venir a la iglesia y orar en el altar o en la banca, sino poder tener un escondite en nuestro hogar donde podemos decir, éste es mi lugar secreto donde yo me conecto con la presencia de Dios para hablarle pero también para escucharle. Si quieres escuchar a Dios, ve a ese lugar de intimidad y si escuchas con cuidado y si abres bien tus oídos espirituales, podrás escuchar lo que Él te quiere decir.
La Biblia nos enseña una manera de conocer a Dios es simplemente quedándonos quietos para escuchar su voz y que al escucharlo, reconozcamos que Él es Dios. Pero a veces se nos hace tan difícil tomar un minuto de tranquilidad; las demandas de la vida, los que aceres y las responsabilidades de esta sociedad tan acelerada nos limitan.
Si en realidad quieres descubrir el propósito de Dios para tu vida, toma Un Momento de Silencio. Muchas veces venimos ante su presencia para pedir y quejarnos. Quiero esto, necesito lo otro, y nuestro tiempo de intimidad se convierte en una conversación de una sola vía. No le damos la oportunidad a Dios para que nos hable. ¡Él quiere hablarte! Dale Un Momento de Silencio y entenderás el mensaje que Él te dará.
¨Estad quietos y conoced que Yo soy Dios, quiere decir que en medio de tu situación, Dios te dice, ¡¨Yo tengo un plan!¨ En medio de tu circunstancia, el Señor te dice, ¨Yo tengo una solución. Tengo un propósito para tu vida y te lo quiero revelar en la quietud, dame Un Momento de Silencio.¨ ¿Estás dispuesto a callar para escuchar?
Quiero que medites en lo siguiente. Cuando recordamos a un ser amado que ha fallecido, ¿qué hacemos? Le damos un momento de silencio. ¿Por qué? Lo hacemos por respeto y tomamos el tiempo para honrar a esa persona.
Honremos a Dios con momentos de silencio porque es precisamente en esos momentos que Dios nos habla, se revela a nuestras vidas y nos muestra su propósito. Pero hoy día vivimos vidas muy ocupadas y fácilmente nos distraemos, entramos en la rutina diaria y no le damos nuestra atención completa a Dios como deberíamos. ¡Cuando hacemos silencio ante la presencia de Dios, entonces Él nos habla más fuerte y claro!
Cuando escuchamos la voz de Dios no hay confusión, no hay error, no hay mala comunicación. ¡No! Porque conocemos quien es Él, reconocemos su voz. La Biblia dice en Juan 10:27, ¨mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen¨.
Juan 10:14 también dice, ¨Yo soy el buen pastor; yo conozco mis ovejas y ellas me conocen a mí. Si Dios es nuestro pastor y nosotros sus ovejas, vamos a poder discernir la voz de Él.
Cuando nos afanamos con todo lo que está sucediendo en nuestras vidas y no sacamos tiempo para Dios, no sacamos ese momento de silencio y de intimidad con Dios, entonces escuchamos otras voces y no la de Dios. Escuchamos la voz del enemigo, la voz del mundo, de la duda, de temor, de la condenación. La voz del fracaso, de la depresión y de la tensión. Tenemos que aprender a discernir la voz de Dios. Hay tantas voces, pero hay sólo una voz que nos da paz, amor, fe, fuerzas, poder, esperanza, felicidad, y éxito.
¡La voz de Dios nos da eso y mucho más!
La Biblia nos habla de un hombre llamado Elías que recibió instrucciones de parte de Dios. Le dijo que fuera al monte, en otras palabras, ¨ve y espera que yo estaré ahí.¨ Él tuvo que afinar bien sus ojos y oídos espirituales para poder ver y escuchar, discernir por dónde era que Dios iba a venir.
Digo esto porque con frecuencia pensamos que Dios obrará de una manera en particular en nuestras vidas y sucede lo contrario. Pensamos que probablemente Él nos hablará como siempre lo hace pero quizás Dios ahora tiene otro método diferente. A Dios no lo podemos meter en un molde y esperar que Él obre como siempre lo hace. ¡Él hace lo que Él quiere, cuando quiere y como quiere!
Vamos a ver lo que dice la Escritura en 1 Reyes 19:11-12: ¨Él le dijo: sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado¨. ¡Dios le habló a Elías en el silbo apacible! Quizás no le dijo lo que Él estaba esperando, ¿verdad? Tampoco fue en la forma que él esperaba; no fue a través del viento, del terremoto ni del fuego, sino en la quietud del silbo apacible.
Si has estado esperando respuestas de Dios y todavía no has escuchado nada, ¡baja el volumen, que todo a tu alrededor está muy alto! Él está tratando de susurrarte la respuesta a tu problema. Escucha, porque la solución quizás esté en el susurro.
Me gusta el verso 12 de la versión Traducciones en Lenguaje Actual que dice:
¨Después del terremoto hubo un fuego. Pero Dios tampoco estaba en el fuego. Después del fuego se oyó el ruido delicado del silencio¨.
Amado lector, Dios habla en el silencio, simplemente tenemos que escuchar.
Un Momento de Silencio te dará dirección y claridad. Si Elías no hubiese estado poniendo atención y enfocado, quizás se hubiese confundido con las otras voces; el viento recio, el terremoto o el fuego y hubiese perdido su oportunidad.
No pierdas tu bendición por no saber distinguir la voz Dios, esa voz te da dirección y guía tu vida hacia el destino que Él ha preparado para ti. No permitas que Dios te pase por el lado. Puede ser que a través de ese momento de silencio, tú recibas tu milagro, tu sanidad, tu provisión, tu contestación.